Diciembre, una celebración cargada de deseos
La invitación para este fin de año es hacer un pacto para hacer todo lo posible porque los sueños del 2018 se hagan realidad.
Diciembre tras diciembre sucede lo mismo. Le damos la vuelta al calendario y, con el nuevo mes, llegan los eventos que reúnen a los amigos y familiares que estuvieron distantes durante todo el año; las novenas en las que solo se respira armonía, recuerdos y felicidad, y los días en los que las personas toman su mejor actitud para agradecer por los logros alcanzados y empezar a proyectar la lista de deseos que esperan conseguir en el año que empieza.
Algunos lo hacen con siete inmersiones en el mar, otros vestidos de blanco para atraer las mejores energías y, unos tantos, como en Colombia, comiendo 12 uvas, que representan los meses del año. Según reza la tradición, al escuchar cada campanada se pide un deseo, como una forma de establecer de manera individual nuevos propósitos y metas que se quieren cumplir.
En la mayoría de los casos, los deseos son protagonizados por viajes, vivienda nueva, ejercicio físico, más momentos en familia, educación y buena salud. Algunos de ellos suelen quedar en el tintero por falta de planificación, de tiempo o recursos económicos; pero hay uno que por ningún motivo da espera y exige mayor atención y cuidado: el bienestar integral. Que, a propósito, ha ido cambiando con el paso de los años.
De acuerdo con Martha Cruz, gerente de venta de Compensar, “hoy las personas entienden la felicidad de una forma diferente, lo cual exige que la oferta se modifique. Nosotros, por ejemplo, hemos venido ofreciendo servicios más puntuales desde la nutrición, el deporte, la medicina física y el acompañamiento de principio a fin, integrando áreas del acondicionamiento físico”.
Muestra de ello, explica Cruz, “es la oportunidad que les damos a nuestros usuarios de acceder a cursos integrales de cocina, arte, música, natación, fútbol, tenis, programas para adulto mayor, vacaciones recreativas, entre otros, por un módico costo”. Pues está claro que el bienestar no solo se consigue con una buena alimentación y ejercicio, sino con el balance entre el trabajo personal y el trabajo en equipo, en espacios diferentes a la casa.
Sin salud no se puede vivir, es básico y elemental sentirnos saludables, por ello la importancia de pedir este deseo con fe y convicción para alejar toda enfermedad o padecimiento que dañe la salud personal y la de los seres queridos.
Pero el año nuevo no solo se debe convertir en una época de agradecimiento y peticiones, sino en un buen momento para comenzar a modificar malos hábitos en la alimentación, el ejercicio y la rutina del día a día, que a veces desconecta a las personas del tan anhelado bienestar integral. Que estas fiestas se conviertan en un momento preciso para hacer pactos de amor, de perdón y bondad, pero también de promesas de bienestar integral.
Fuente: RC
