Cómo saber si un niño está listo para tener un teléfono inteligente
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Algunas consideraciones para los padres que están pensando en regalar a sus hijos un celular.
Se acerca la Navidad y muchos niños quieren recibir un teléfono inteligente como regalo. Sin embargo, los expertos coinciden en que los padres deberían considerar antes los pros y los contras de darle un dispositivo conectado a internet a un menor de edad.
La organización Red Papaz estima que tres de cada cuatro personas entre los 12 y los 17 años tienen ‘smartphone’ con plan de voz y datos. Sin embargo, aunque siete de cada diez padres consideran que sus hijos no están seguros cuando navegan en internet, no son tantos los que acompañan a los niños cuando usan los dispositivos.
De hecho, Juan Camilo Díaz, docente e investigador del Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana, considera que es un error grave entregar un dispositivo con un plan de datos.
Para Viviana Quintero, coordinadora de TIC e infancia en Red Papaz, los pequeños que reciben un celular deberían suscribir un acuerdo que especifique qué está permitido hacer con el aparato y qué no.
Los riesgos
¿Por qué tanta preocupación? Los riesgos con los teléfonos inteligentes son los mismos que con un computador o una tableta. En virtud del acceso a internet, los niños pueden quedar expuestos, por ejemplo, a contenidos violentos o retos con intenciones suicidas. Algunos recordarán casos como el reto de la Ballena azul en Facebook o la reciente polémica por los canales de YouTube clasificados como infantiles a pesar de subir contenidos violentos e incitar al abuso de menores.
En el 2016, la difusión de imágenes de explotación de menores se disparó. En el país se bloquearon más de 600 páginas web con este tipo de contenidos, pero en internet hay millones de estos sitios.
Otros fenómenos preocupantes son el ciberacoso o acoso sistemático en internet, y el ‘grooming’, mediante el cual un adulto engaña a un menor de edad para que este le entregue material con contenido sexual.
Quintero explica que los ‘smartphones’ están diseñados para ser usados por adultos, por lo que incluyen tecnologías como GPS, cámara digital y conectividad vía ‘bluetooth’. “Los niños pueden manejarlos desde el punto de vista técnico, pero eso no significa que cuenten con el desarrollo cognitivo adecuado para tener uno propio –advierte–. Debemos respetar su tiempo de crecimiento”.
Por eso, la experta propone que la introducción a estas tecnologías sea progresiva. “Antes de la entrega de un celular debe haber un tiempo de preparación –plantea–. A los 9 años, los niños pueden navegar en internet para buscar información, con un adulto a su lado; a los 12 años, pueden hacerlo con menos supervisión directa, pero con un control parental que permita a los padres monitorear cuánto tiempo se conectan, qué contenidos ven y qué nivel de interacción tienen; así, a los 13 o 14 años podría ser adecuado que recibieran su propio aparato, porque ya tendrían habilidades para discriminar cierto tipo de información”. Además, es precisamente a esa edad cuando varias redes sociales y otras aplicaciones empiezan a admitir a sus usuarios.
Antes de tener un celular propio, afirma Quintero, un niño debería saber, como mínimo, que no todo lo que hay en internet es cierto, que todo lo que se suba va a permanecer allí para siempre y que, una vez publicado, el contenido ya es de dominio público. Esto le ayudará a desarrollar habilidades vitales, como identificar perfiles falsos, tener noción de cuándo alguien se acerca con malas intenciones y desconfiar de los extraños.
“No podemos tapar el sol con un dedo. A mayor prohibición, mayor deseo. Por más que a los niños se les trate de prohibir un celular, un computador o una tableta, siempre los tendrán a la mano por un amigo, por un familiar o por el propio colegio”, anota el ingeniero Edwin Cifuentes, director del laboratorio de informática forense de la firma de ciberseguridad Adalid. Para él, lo primordial es que si un menor de edad va a recibir un celular, primero sepa qué tiene en sus manos, cómo funciona y los peligros a los que se enfrenta.
Un hecho para tener en cuenta, dicen los estudiosos, es que cada niño tiene una madurez diferente, distinguiendo la edad cronológica de la edad de madurez. Por ejemplo, en el caso de los niños que van a tercero de primaria hay una madurez distinta entre los nacidos en enero y los de diciembre.
En lo que sí coincide la mayoría de expertos es en que, aun cuando ofrece muchos beneficios y es muy importante en el desarrollo de habilidades futuras, la tecnología no debe ser presentada como el centro de la vida.
“Hay que abrir espacios de entretenimiento y aprendizaje como ir al parque, salir a cine o leer en familia, en los que la tecnología se perciba como una herramienta entre muchas y no como lo único”, aconseja Díaz, del Instituto de la Familia. La clave, explica este padre de familia (tiene tres hijos entre los 4 y los 13 años), es lograr un balance entre no privarlos de la tecnología y evitar que dependan de ella.
Tres cuestiones que debería plantearse Para Juan Camilo Díaz, investigador en cultura digital de la Universidad de La Sabana, existen tres consideraciones iniciales que todo adulto responsable debe hacerse antes de regalar un celular inteligente a un menor de edad:
¿Es necesario que el niño tenga un celular en este momento? ¿Para qué lo requiere?
Si es necesario, ¿qué tipo de celular va a tener? Por ejemplo, ¿un niño de 6 o 7 años necesita uno de última gama, con cámara de alta definición y plan de datos?
¿Bajo qué normas lo va a recibir?
La mediación debe ser tanto digital como presencial, en términos de tiempo, contenido y condiciones de uso. Este punto incluye preguntarse qué tipo de acciones correctivas se tomarán si hay un incumplimiento de las normas.
Fuente: ET