10 consejos para que seas más bueno contigo
- Top10play
- 2 dic 2017
- 4 Min. de lectura

10 formas de ser más bueno contigo
Conviértete en tu mejor amigo para bien de tu salud y de tu felicidad.
Todos la tenemos: la voz que nos dice que fallamos, que nos equivocamos, que no lograremos nada así que no vale la pena intentarlo...
1. Sé autocompasivo
Tratarte con compasión significa decirle “basta” a esa voz. “Todos tenemos en común la severidad con la cual nos tratamos”, dice Nataly Kogan, fundadora de Happier.com.
“Comienza por aprender a escuchar esa voz en tu cabeza, a notar cómo te hablas a ti mismo. Entonces detente y ajústala como si le hablaras a tu mejor amigo”, dice Kogan.
2. Sé tu propio motivador
Convierte a tu crítico en un motivador. Piensa cómo apoyarías a un amigo o a un ser querido que necesita apoyo o ánimo. Ahora, ofrécete esa amabilidad a ti mismo. Kristin Neff, psicóloga experta en autocompasión, destaca que cuando eres más amable contigo mismo puedes ver a los errores como oportunidades para aprender.
Eso te da la fuerza y la confianza de intentar cosas nuevas (y volver a intentarlo cuando necesites hacerlo).
3. Escribe
Escribir mejora el bienestar de tu salud mental e incluso de tu salud física, afirma la doctora Neff. Recomienda llevar un diario para procesar los eventos molestos y expresar tus sentimientos. Describe cualquier situación que te haga sentir mal o en la cual juzgues tu conducta. Quizá le gritaste a tu hijo por ensuciar su cuarto o se te olvidó el cumpleaños de un amigo.
Entonces, revisa cada evento a través de tres filtros. El primero, atención plena: es ser consciente de cómo te sientes, pero sin juicios, solo hechos. (“Me molestó tener que arreglar el cuarto de mi hijo.
Me preocupaba que íbamos a llegar tarde a la escuela”). Después, humanidad en común: comprende que compartes tu experiencia con otros. (“Todas las madres sienten frustración de vez en cuando”). Y finalmente, amabilidad contigo mismo: consuélate con algunas palabras amorosas. (“Te enojaste, pero es comprensible. Eres una buena persona”).
4. Medita
Sentarte en silencio y meditar, repitiendo un mantra o escuchando una meditación guiada, puede ayudar a calmar tus pensamientos y emociones. La meditación frecuente le enseña a tu cerebro a ser más compasivo y a tranquilizarse a lo largo del día, incluso en momentos en los que no estés meditando activamente.
Existen meditaciones guiadas que pueden ayudarte a cultivar emociones amorosas y amables hacia ti mismo y hacia los demás.
5. Cuídate
¿Qué harías por un amigo que está pasando por un momento difícil?, pregunta Kogan. Podrías llevarle algo de comer, sugerirle que duerma más u ofrecerle palabras de ánimo que rompan el ciclo negativo. También puedes hacer todo esto por ti mismo. Sin embargo, el cuidado no es igual a la indulgencia.
Comprarte algo porque tuviste un día difícil es una solución a corto plazo para un problema a largo plazo. El cuidado cubre lo que tu cuerpo y tu mente necesitan (como agua, sueño suficiente y comida saludable).
La indulgencia oculta los problemas pero solo temporalmente; roza la superficie en lugar de ir a profundidad.
6. Regálate tiempo
“Las investigaciones demuestran que el descanso frecuente y constructivo (no sentarte a ver la televisión sino hacer algo que realmente te alimente, como jardinería, pintura o ejercicio) te ayuda a ser más productivo y creativo”, dice Kogan.
Encontrar un pasatiempo o actividad que disfrutes e invertir tiempo en él es una gran forma de ser amable contigo mismo, además de liberar estrés y ayudarte a sentir satisfacción.
7. Perdónate
Sí, seguramente te equivocaste en algo hoy. Y ayer. Y la semana pasada. Y lo mismo le ocurrió a todas las personas que conoces, incluso a las que parece que siempre están en control.
En lugar de tratar de olvidar tus errores, sin embargo, necesitas perdonarte por haberlos cometido. Perdonar es mucho más significativo y consciente que olvidar.
8. Reconoce tus fortalezas
“Llevamos con nosotros esta profunda sensación de que no somos lo suficientemente buenos”, dice Kogan. “¿De dónde viene eso? ¿Piensas con más frecuencia en tus fallas, en tus errores y en todo lo que no has hecho en lugar de en qué te gusta más de ti mismo?
La mayoría de nosotros damos nuestras fortalezas como un hecho y nos enfocamos más en nuestros errores y fallas”. Para combatir esa tendencia, escribe todo lo que aprecias sobre ti mismo. Incluye cualidades y virtudes además de logros. ¡Y sigue aumentando tu lista!
9. Abrázate
Si tus pensamientos se desbocan, la doctora Neff recomienda un simple gesto físico. Coloca tu mano en tu corazón, aprieta suavemente tus manos, o frota tus rodillas o bíceps con las palmas de tus manos. Es una forma de demostrarle amabilidad a tu cuerpo y activar la parte del sistema nervioso que te calma cuando hay estrés.
También puedes agregar una frase compasiva, como “¿Puedo ser amable conmigo mismo en este momento?” o “Que pueda vivir con tranquilidad”.
10. Olvida la perfección
Obligarte a alcanzar un estándar imposiblemente alto es contraproducente: nunca lo alcanzarás, así que solo te hará sentir mal. ¡Eso no es motivante! En cambio, cuando te planteas metas que representan un reto pero que sí puedes alcanzar, inicias un camino hacia el éxito.
Cuando planeas y logras pequeñas mejoras estás viviendo de una forma más consciente y amable.
¿Eres lo suficientemente bueno contigo?
Fuente: RD
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