¿Qué alimentos son agresivos para el estómago?

El estómago es el órgano en el cual comienza la digestión de proteínas. Según el Medline Plus, sus funciones son 3: “almacena la comida deglutida, mezcla la comida con los ácidos gástricos y luego envía la mezcla hacia el intestino delgado”.
El actual estilo de vida contribuye a desarrollar diversas enfermedades que afectan a esta parte de nuestro cuerpo y una manera de evitar afecciones es alimentarse de manera adecuada.
Por ello, en la medida de lo posible, se debe tratar de moderar -no erradicar- el consumo de alimentos que pueden resultar agresivos con el estómago, sobre todo si se ingieren en exceso. Según una lista del Tecnológico de Monterrey, estos son algunos de ellos:
Alcohol: Aumenta los niveles de ácido en el estómago. Además, empeora la situación para personas que ya padecen problemas digestivos.
Embutidos: La experta en nutrición Fernanda Alvarado recomienda evitar el consumo de estos alimentos, ya que no son buenos para la salud del estómago por las grasas saturadas que contienen.
Café: Provoca una mayor producción de ácido en el estómago, lo cual afecta al revestimiento de éste. Esta afección no sólo es provocada por la cafeína sino por los demás componentes de la bebida, por ello, consumir café descafeinado también resulta perjudicial.
Cítricos: Debido a su alto grado de acidez, si se ingieren en exceso pueden provocar malestares como reflujo, úlceras, síndrome del intestino irritable e inflamación. Fernanda Alvarado también indicó que el tomate es un precursor del reflujo ácido.
Refresco: Al igual que los cítricos, también puede causar úlceras y reflujo y diluye los jugos gástricos, lo cual frena la digestión si se ingiere después de la comida.
Mariscos: Su digestión resulta difícil debido a sus fibras colágenas; también produce inflamación de la mucosa digestiva.
Carnes grasas: Las sustancias nitrogenadas que contienen aumentan la producción de jugos digestivos y producen inflamación. Su consumo en exceso favorece la gastritis.
Azúcar refinada: Su consumo en exceso genera una irritación en el estómago, lo cual favorece la proliferación de bacterias causantes de afecciones como la gastritis y las úlceras.